
Los constitucionalistas y los analistas políticos han ido de un lado a otro de la Constitución y han intentado explicar por qué Guillermo Lasso debería o no ser enjuiciado políticamente y rendir cuentas ante la Asamblea sobre todos los indicios, pruebas y testimonios que dan cuenta de una estructura criminal en las más altas esferas del Gobierno.
Pero
más allá de eso, AQUÍ HAY ALGO MUY IMPORTANTE: Lasso debe rendir cuentas y transparentar todo. En otras palabras: ECUADOR REQUIERE UN BAÑO DE VERDAD, en todos los sentidos.
Ya son demasiados casos, empezando por Pandora Papers y El Gran Padrino, que no dejan más que dudas, sospechas y unos agujeros negros con muchas secuelas. Por lo mismo, con juicio político o no, con una disputa legal y constitucional, con todo el aparataje mediático pendiente del comportamiento de los asambleístas, en la práctica ya hay algo real: Lasso no es una persona que exhiba transparencia, demuestre solvencia ética y menos aún un comportamiento a la altura de este momento crítico.
Todo lo exhibido en el informe de la comisión legislativa especial es tanto y tan grave que no es posible que Lasso y sus acólitos puedan “pasarse por el forro” y quedar como si nada. Si las recomendaciones son para un juicio político, este no puede constituirse en una tarima para que sea la pasarela de egos y vanidades. Al contrario, el primer señalado, Lasso Mendoza, debe asumir como una gran oportunidad para descargar las imputaciones o para decirle al mundo entero que nos mintió desde el primer día de su mandato.
De lo que se trata es de sanidad pública y de un enjuiciamiento histórico ante la sociedad. Y eso no es solo una disputa de interpretaciones jurídicas. Que eso está bien para la Mafia Mediática, para salvar a su líder y continuar con su libreto político, pero para el juicio de la Historia esto exige no solo debates, que ya es bastante, sino una rendición de cuentas muy solvente para llegar a conclusiones y determinaciones “sanitarias”. PUNTO.
R.P.U.
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